[vc_row][vc_column][vc_column_text]La población urbana se duplicará en cuarenta años, algo que obliga a la transformación holística y sostenible del modelo de ciudad. El gran reto de la arquitectura está en su capacidad para hacer metrópolis, que serán más densas y poseerán una alta calidad urbana y una mayor calidad de vida para los residentes.
Más de la mitad de la población mundial vive ya en áreas urbanas en las que la arquitectura y el diseño van de la mano para hacer grandes aportaciones a través de los servicios urbanos, el medioambiente y los espacios públicos. ¿Es esta la razón de que se preste ahora tanta atención a la transformación de las ciudades?
Las ciudades son muy relevantes, no solo para el mundo de la arquitectura y el urbanismo, sino también para la economía o la política. A esto se une la previsión de que la población urbana se duplicará en cuarenta años, lo que supone un cambio rápido y de una magnitud sin precedentes en la historia de la humanidad. Independientemente de sus razones, esta presión de crecimiento impacta en el funcionamiento de la ciudad, en su gobierno y en la calidad de vida, por lo que debemos asegurarnos de que las ciudades se mantienen como espacios de innovación, cultura y bienestar.
¿Cuáles cree que son las claves para que las ciudades puedan adaptarse al futuro?
Los aspectos arquitectónicos y económicos son importantes, pero, más allá de ellos, en el nuevo modelo de ciudad, los retos y las soluciones tienen que abarcarse de forma integral y verse holísticamente.
La igualdad y la sostenibilidad son dos de los objetivos que hay que alcanzar, pero los desafíos dependen de cada ciudad y de su punto de desarrollo.
En las metrópolis europeas, la situación puede no ser tan dramática como en los países emergentes, pero esto puede cambiar por factores como el envejecimiento de la población, los refugiados de guerra o de desastres naturales o por el desempleo.
Así, mientras que en Europa una de las claves es asegurarse de que las grandes urbes sean motores de crecimiento económico sostenible, en los que sectores de población como los jóvenes puedan encontrar trabajo, en países en vías de desarrollo como Brasil, Colombia o la India, el objetivo es disponer de vivienda y servicios básicos para todas las clases sociales.
Este aspecto es muy importante desde el punto de vista no solo de la vivienda, sino también de la gobernanza y de la estrategia de ciudad.
¿Las ciudades seguirán siendo centros de innovación, cultura y bienestar?
Uno de los grandes desafíos es crear espacios de calidad en ciudades densas.
En general, las urbes más pobladas son más eficientes y podemos dotarlas de servicios urbanos, movilidad, energía, educación o salud.
Lo negativo se produce cuando un sobrecrecimiento rápido de población provoca desequilibrios que hacen que la ciudad deje de funcionar.
En la ciudad normalmente se consiguen calidad de vida y eficiencias a través de la mezcla de espacios, funciones y servicios accesibles a la población.
Otro aspecto que hay que considerar es que la innovación y las nuevas ideas surgen en las ciudades cuando hay diversidad de gente, junto con una gran actividad económica y educacional.
La arquitectura puede contribuir muy directamente a alcanzar los objetivos de la ciudad como centro de innovación, cultura y bienestar.
Debemos cambiar la perspectiva de que la arquitectura es un añadido o un lujo en tiempos de bonanza, para entenderla como un reflejo de nuestra sociedad y nuestros valores.
La buena arquitectura hace la ciudad cómoda, accesible… Vivimos en la arquitectura a la vez que ayuda a formar nuestra memoria colectiva.
Por supuesto, hay que evaluar una obra de arquitectura según su función, si es adecuada para ese lugar y ese tiempo y si intenta avanzar en algún aspecto de la disciplina o en ideas de sostenibilidad.
Si no se tiene en cuenta la realidad económica, cultural, geográfica y topográfica, no se puede hacer una arquitectura contundente, buena y apreciada por la gente.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]