Desde que el hombre comenzó a vivir “entre 4 paredes” y no a la intemperie ha buscado formas de cambiar y mejorar su ambiente interior.
Esto ha provocado una transferencia global de conceptos, ideas y materiales que amplían las posibilidades y expanden la mente, para terminar impactando en la forma en la que pensamos y vivimos en nuestros hogares.
De esta manera, la decoración de interiores -o diseño de interiores- pasó a ser una parte fundamental en el desarrollo de la sociedad, ayudando a crear espacios para un mejor bienestar de las personas, tanto físico, como psicológico y emocional.
Cómo no va a ser importante tener un lugar limpio, ordenado, con una distribución apropiada, con colores y tonalidades agradables, con muebles cómodos y funcionales, para poder estar a gusto con la familia, y en definitiva con uno mismo.
A través de la historia, la gente de diferentes partes del mundo ha superado diversos conflictos y obstáculos, pero nunca ha dejado de lado el cuidado del diseño de los espacios interiores por más humilde que este sea. La decoración esta presente hasta en la más sencilla aldea, hasta en la mansión más costosa.
Debe ser porque de esta forma podemos de alguna manera alegrar más la vida y hacernos partícipes de este mundo, desde lo interno hacia lo externo. Mejorando la decoración del hogar podemos sentirnos mejor en nuestro espacio e intimidad, lo que nos ayudará a afrontar la vida de manera más optimista y equilibrada en todos los aspectos.