Si quieres reformar tu casa pero se te hace imposible con solo de pensarlo sigue estos pasos y te aseguramos que será todo un éxito.
Paso 1) Busca la ayuda de un profesional
Necesitas un profesional que aporte ideas para la reforma, dirija las obras y tramite los permisos de obra.
Contar con un tercero que se encargue de todo y evitarte así muchísimos dolores de cabeza.
El perfil ideal es el de un interiorista, un arquitecto especializado en interiores o un equipo multidisciplinar. Es básico que el estilo de ese profesional encaje con tus gustos: así será mucho más fácil encontrar el camino.
Paso 2) Piensa a largo plazo.
Cuando plantees la reforma no te limites a tus necesidades actuales.
Piensa en el futuro. Por ejemplo, no busques las soluciones justas de almacenamiento para lo que tienes ahora. Puede que en unos años te haga falta más espacio para ordenar o alquilar ¿Tienes planes de aumentar la familia? Si utilizas la propiedad para alquilar, busca la mejor relación rentabilidad/comodidades.
¡Adelántate a tus futuras necesidades y objetivos!
Para que una reforma sea rentable, diseña una casa para tu momento actual y que se adapte a futuras situaciones familiares o económicas.
Luego, confía en buenos profesionales y en los consejos que te damos.
Paso 3) Establece un calendario
Una vez elegidos los profesionales y con su presupuesto en la mano, pídeles un plan de ejecución.
Se trata de que sepas, en todo momento, en qué orden se hará la obra y cuánto tiempo tardarán para cada parte.
Cuelga este calendario de la reforma en un lugar bien visible de tu casa y, si puedes, introduce las fechas en tu móvil para que te vaya avisando (por ejemplo, con una alarma que te diga “mañana deben acabar las obras del baño”).
Será más fácil acordarte y reclamar si no cumplen los plazos. Evidentemente la reforma debe tener una fecha límite de finalización, consensuada por el arquitecto o interiorista y el constructor conjuntamente.
Ten en cuenta que tu fuerza para conseguir que las obras no se eternicen es pactar un porcentaje del presupuesto que no pagarás hasta que la reforma esté finalizada. Y eso incluye que la hayas revisado y se hayan corregido las deficiencias que hayas encontrado.
Paso 4) El objetivo: una casa capaz de evolucionar contigo
Planifica la reforma pensando en una casa que madure contigo.
Con espacios flexibles y fáciles de modificar para evitar tener que reformar de nuevo cuando tu situación cambie.
Si tienes previsto que tus hijos se marchen de casa en unos años, plantea qué pasará con sus dormitorios y diséñalos con perspectiva de futuro.
Uno de ellos podrá ser un dormitorio de invitados y el otro puedes unirlo a la zona activa de la casa (con una puerta de cristal, por ejemplo) y convertirlo en una biblioteca.
Lo mismo ocurre con el espacio de almacenamiento. Si estás pensando en ampliar la familia puede que ese vestidor termine convirtiéndose en un cuarto infantil, así que adelántate y busca soluciones extra de almacenaje y orden.
Paso 5) Piensa en el ahorro
Aprovecha la reforma para conseguir que tu casa consuma menos energía. Instala inodoros de descarga múltiple y grifos con aireadores en cocinas y baños; si tienes jardín aprovecha la reforma para instalar una red que recupere el agua –la de la lluvia para regar el jardín o la de la ducha para la cisterna–, instala sistemas domóticos de ahorro energético que reducirán considerablemente el consumo eléctrico…
Hay muchas otras mejoras que podrás realizar, pide consejo al técnico que contrates.